Después de haber abordado en artículos anteriores aspectos que dificultan el cambio: ver ¿por qué nos cuesta cambiar? PARTE I y PARTE II; ahora toca reflexionar sobre caminos que favorecen nuestros procesos de crecimiento personal.

1. Contempla maneras de cuidar tu energía, movilizarla y generarla; para invertir en tu proceso.

Considera dos líneas de trabajo paralelas y complementarias: el trabajo personal encaminado a conseguir tu objetivo y el trabajo personal encaminado a estar en buenas condiciones para trabajar por tu objetivo.

Hay que tener en cuenta que para modificar una situación se precisa energía. Hacer lo de siempre de modo automático, precisamente por estar automatizado, no requiere tanta atención y energía por nuestra parte, simplifica nuestra vida en ese sentido. Pero, aprender  y desarrollar pautas nuevas implicará más atención y conciencia, y eso es una inversión de energía mayor de la habitual,sin duda.  

Es un buen momento por tanto para que explores qué te resta energía con vistas a reducirlo o evitarlo, y qué te la porta. Es decir, valora qué te “carga las pilas”. En este sentido, es importante que cuides tu descanso, que te procures espacios y experiencias que te proporcionen relajación, disfrute y placer de manera saludable, siendo estos muy buenos combustibles para nuestra vitalidad y entusiasmo.

2. Acoge la situación desde una perspectiva de aceptación para poder dar paso a la creatividad.

Revisa la “plataforma en la que estás subido/a” o lugar desde el que estás mirando lo que te sucede y quieres cambiar.

Si te sitúas primero en una posición de aceptación, incluso de amabilidad y compasión hacia aquello que eres, haces o estás experimentando se abren las posibilidades de actuación.Primero acepta y desde ahí puedes manipular, monitorear y trabajar sobre tu comportamiento de forma activa y creativa.

Se podría resumir en permitir que exista eso que quieres cambiar mientras tú caminas hacia dónde quieres ir. Esto implica que cuando definas y formules tus objetivos de cambio lo hagas considerando que vas trabajar “para algo” no “en contra de algo”. Cambia por y para lo que quieres, no en contra de lo que no quieres.

3. Evita evitar. Practica y experimenta.

En muchos casos, necesitarás acceder a experimentar los síntomas que padeces o los comportamientos/pensamientos que se dan en relación a tu problema. Cada una de esas experiencias será una oportunidad de práctica y aprendizaje de lo nuevo. Y mucha práctica o repetición es necesaria para que se introduzca en nuestra memoria procedimental(a largo plazo).

Si ya eres experto/a en evitar lo que no te gusta, te afecta y deseas que desaparezca, ahora toca hacerse experto/a en lo contrario, en estar con lo desagradable y aprender a manejarlo, dando así la oportunidad deque se transforme en una nueva situación o experiencia.

4. Atrévete a sentir y ser honesto/a contigo mismo/a.

Ábrete a sentir todo lo que cada paso de tu proceso de cambio te vaya trayendo y a mirar y explorar las verdades de ti o de tu vida que se vayan descubriendo.

5. Divide el cambio deseado o el objetivo final en objetivos más pequeños y específicos.

Estos, ordenador por prioridad o grado de dificultad,resultarán más accesibles y claros y serán los pasos que nos acerquen a nuestro deseo.

6. Siente satisfacción ante cualquier avance por pequeño que sea.

Para eso debes valorar cualquier novedad que descubras en tu comportamiento o en relación a la sintomatología sobre la que estás trabajando.

Compara ese cambio con tu estado anterior, no con el de otras personas. La medida de éxito eres tú mismo/a, no la vida de los demás. Felicítate porque cualquier leve novedad es signo de que empieza a haber flexibilidad,ya no estas encorsetado de manera rígida en lo mismo de siempre. Esto es cambio.

Y, aun cuando sientas que estás dando pasos atrás, volviendo a caer en un patrón antiguo, trata de identificar algo que sea mínimamente diferente, debe haberlo. Puesto que cuando se va hacia atrás nunca se comienza desde el principio, sino sobre lo andado ya anteriormente. Esto mismo es lo que hace que el reaprendizaje sea más fácil que el aprendizaje inicial.

7. Busca ayuda profesional

Recibir apoyo, guía y orientación psicoterapéutica permite gestionar con salud tus objetivos y poner luz en las dificultades. El camino cobra fuerza cuando nos acompañan, haciendo equipo con un/a profesional de la Psicología con la formación y el respeto adecuados.

Se trata también de aceptar la vulnerabilidad a la que nos enfrentamos cuando estamos caminando por terrenos desconocidos y dejarnos ayudar y ser vistos en ese estado.