En el libro Come, reza, ama, la autora Elisabeth Gilbert, narra un proceso de crecimiento personal tras una crisis vital. Aunque es cierto que su proceso es un tanto particular porque se ve enriquecido por un tiempo sabático y estupendos viajes (cosas que no puede permitirse cualquier persona), es una historia divertida.
Aquí rescatamos un extracto del libro que puede ser inspirador y donde, sobre todo, se pone de manifiesto la necesidad del compromiso de cada persona consigo misma, de la disciplina y la tenacidad como ingredientes imprescindibles cuando estamos en proceso de cambio, orientadas a dejar lo viejo, aprender lo nuevo: